lunes, 7 de mayo de 2012

LERDO. División de Oro.






Caótica retafila de sensaciones vertiginosas  presentan el ahora trío chileno Lerdo en División de Oro, lo que viene siendo un tumulto alocado de acelerones y salivazos intencionados que se imponen, se imprimen y se saquean en unos temas que configuran un programa de destrucción masivo envuelto en una presentación que de cojones es lo mejor que han tocado estas sucias manos en muy mucho tiempo. Y es que se nota que Lerdo saben a lo que van, desde donde van y como van. Se mandan las canciones (ya bien perfiladitas, pues presentaron cuatro de ellas en un Ep que sirvió de aperitivo) y las acoge John Golden (The Melvins, Sleepytime Gorilla Museum, Rollins band, primus, etc) para darles el último barniz en la remasterización.Con anterioridad, son,desde el seno mismo de Faith No More, la banda elegida para acompañarles en su visita al país de Gonzalo Rojas y Lucho Gatica. Una tradición,la chilena, que se pasan por el forro de los huevos recreando la estampida (así en genérico) y provocando accidentes cardiovasculares con arengas de trote y moche de lírica surreal y atolondrada que provoca que todo encaje perfectamente entre el humo saliente de la fricción y que es proclive a la llamarada de matanza agreste de tiro y arrastre. De hilo ronco y larga remuneración,División de Oro es la puesta en escena del devenir rodante de nuestro tiempo. Un clavo ardiendo al que te agarras fuertemente obviando los mensajes que los nervios mandan al cerebro,estímulo respuesta que se rebela y descoca a su bola contagiando y contaminando el aire a respirar con ruidismos y tenaces imprecaciones.
Vista mermada la formación el número de sus integrantes se acompasan en un a tres que lleva el arte al paroxismo y a la inflexión desdoblando la cabeza del oyente en calidad de implicado terminal y es que subidos al primer pódio, les cuelgas la medalla y sólo te queda esperar que sigan con su rodante suerte para
 conocerlos en vivo algún día.