miércoles, 25 de abril de 2012

La Débil. Sángrala. (2012)



Dicen algunas bocas que La Débil se ha cascado uno de los discos más supinos de lo que va de año y razones  sobran para ensalzar este trabajo a lo más alto del podio, por su versatilidad y progreso ante lo ya acaecido en sus anteriores obras y por levantar pecho delante de otras jugadas ya muy ensalzadas y repetitivas, esgrimiéndose como un valor actual en alza y sin previsión de caída. Partiendo de una base multidisciplinal, el combo nada entre aguas lúcidas que desquician a buena fe, convirtiendo su escucha en una base obligada de la alimentación diaria. Con trechos industriales cristalinos bien marcados se emparentan con algunos aspectos kraut y cierto arrojo delimitado por unas vocales de los más sugestivas. Podemos entrever ese gusto motorik plasmado en un tapiz que bien deja absorver los tintes que confluirán en la composición final del todo. Pero por suerte no está todo en el revival que estamos disfrutando del setentero movimiento germano, si no que se encuentra bien esculpido dentro de una claridad de ideas própias que se ensamblan sin límites fijos.
La Débil comienza su periplo más excitante, sin malograr sus canciones anteriores, y es que con Sángrala el salto cualitativo es una ley marcial y expansiva que demoniza y canoniza a partes iguales tribalizando, remando, con la calma y la afrenta en total confrontación de dotes y datos resurgiendo.En cuanto el descenso decibélico se sucede y cambia las tornas a su placer delineando por el drone, la psicodélia y el pun, explota la máquina y ya queda poco que hacer.
 Más que aprovechable. Algo necesario.

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